La localización automática de activos es la práctica de conocer la ubicación de los activos físicos y humanos, especialmente aquellos que cambian de ubicación. Con la tecnología RFID, es posible rastrear una amplia gama de activos, desde maquinaria pesada hasta contenedores de envío, componentes y equipos médicos, entre otros. Esta tecnología permite una identificación de la ubicación mucho más precisa que otros métodos, como los códigos de barras e incluso el GPS, que dependen de los satélites.